ESCUELA TECNOLOGICA INSTITUTO TECNICO CENTRAL
MODELOS DE MANTENIMIENTO
POR JEYBER FABIAN SIERRA MONROY
Cada
uno de los modelos que se exponen a continuación incluyen varios de los tipos
anteriores de mantenimiento, en la proporción que se indica. Además, todos
ellos incluyen dos actividades: inspecciones visuales y lubricación. Esto es
así porque está demostrado que la realización de estas dos tareas en cualquier
equipo es rentable. Incluso en el modelo más sencillo (Modelo Correctivo), en
el que prácticamente abandonamos el equipo a su suerte y no nos ocupamos de él
hasta que nos se produce una avería, es conveniente observarlo al menos una vez
al mes, y lubricarlo con productos adecuados a sus características. Las
inspecciones visuales prácticamente no cuestan dinero (estas inspecciones
estarán incluidas en unas gamas en las que tendremos que observar otros equipos
cercanos, por lo que no significará que tengamos que destinar recursos
expresamente para esa función). Esta inspección nos permitirá detectar averías
de manera precoz, y su resolución generalmente será más barata cuanto antes
detectemos el problema. La lubricación siempre es rentable. Aunque sí
representa un coste (lubricante y la mano de obra de aplicarlo), en general es
tan bajo que está sobradamente justificado, ya que una avería por una falta de
lubricación implicará siempre un gasto mayor que la aplicación del lubricante
correspondiente.
Hecha
esta puntualización, podemos definir ya los diversos modelos de mantenimiento
posibles.
A. Modelo Correctivo
Este
modelo es el más básico, e incluye, además de las inspecciones visuales y la
lubricación mencionadas anteriormente, la reparación de averías que surjan. Es
aplicable, como veremos, a equipos con el más bajo nivel de criticidad, cuyas
averías no suponen ningún problema, ni económico ni técnico. En este tipo de
equipos no es rentable dedicar mayores recursos ni esfuerzos.
B. Modelo Condicional
Incluye
las actividades del modelo anterior, y además, la realización de una serie de
pruebas o ensayos, que condicionarán una actuación posterior. Si tras las
pruebas descubrimos una anomalía, programaremos una intervención; si por el
contrario, todo es correcto, no actuaremos sobre el equipo.
Este
modelo de mantenimiento es válido en aquellos equipos de poco uso, o equipos
que a pesar de ser importantes en el sistema productivo su probabilidad de
fallo es baja.
C. Modelo Sistemático
Este
modelo incluye un conjunto de tareas que realizaremos sin importarnos cual es
la condición del equipo; realizaremos, además, algunas mediciones y pruebas
para decidir si realizamos otras tareas de mayor envergadura; y por ultimo,
resolveremos las averías que surjan. Es un modelo de gran aplicación en equipos
de disponibilidad media, de cierta importancia en el sistema productivo y cuyas
averías causan algunos trastornos. Es importante señalar que un equipo sujeto a
un modelo de mantenimiento sistemático no tiene por qué tener todas sus tareas
con una periodicidad fija. Simplemente, un equipo con este modelo de
mantenimiento puede tener tareas sistemáticas, que se realicen sin importar el
tiempo que lleva funcionando o el estado de los elementos sobre los que se
trabaja. Es la principal diferencia con los dos modelos anteriores, en los que
para realizar una tarea debe presentarse algún síntoma de fallo.
Un
ejemplo de equipo sujeto a este modelo de mantenimiento es un reactor
discontinuo, en el que las materias que deben reaccionar se introducen de una
sola vez, tiene lugar la reacción, y posteriormente se extrae el producto de la
reacción, antes de realizar una nueva carga. Independientemente de que este
reactor esté duplicado o no, cuando está en operación debe ser fiable, por lo
que se justifica realizar una serie de tareas con independencia de que hayan
presentado algún síntoma de fallo.
Otros
ejemplos:
·
El tren de aterrizaje de
un avión
·
El motor de un avión
D. Modelo de Mantenimiento de Alta Disponibilidad
Es el
modelo más exigente y exhaustivo de todos. Se aplica en aquellos equipos que
bajo ningún concepto pueden sufrir una avería o un mal funcionamiento. Son
equipos a los que se exige, además, unos niveles de disponibilidad altísimos,
por encima del 90%. La razón de un nivel tan alto de disponibilidad es en
general el alto coste en producción que tiene una avería. Con una exigencia tan
alta, no hay tiempo para el mantenimiento que requiera parada del equipo
(correctivo, preventivo sistemático). Para mantener estos equipos es necesario
emplear técnicas de mantenimiento predictivo, que nos permitan conocer el
estado del equipo con él en marcha, y a paradas programadas, que supondrán una
revisión general completa, con una frecuencia generalmente anual o superior. En
esta revisión se sustituyen, en general, todas aquellas piezas sometidas a
desgaste o con probabilidad de fallo a lo largo del año (piezas con una vida
inferior a dos años). Estas revisiones se preparan con gran antelación, y no
tiene porqué ser exactamente iguales año tras año.
Como
quiera que en este modelo no se incluye el mantenimiento correctivo, es decir,
el objetivo que se busca en este equipo es CERO AVERÍAS, en general no hay
tiempo para subsanar convenientemente las incidencias que ocurren, siendo
conveniente en muchos casos realizar reparaciones rápidas provisionales que
permitan mantener el equipo en marcha hasta la próxima revisión general. Por
tanto, la Puesta a Cero anual debe incluir la resolución de todas aquellas
reparaciones provisionales que hayan tenido que efectuarse a lo largo del año.
Algunos
ejemplos de este modelo de mantenimiento pueden ser los siguientes:
·
Turbinas de producción
de energía eléctrica.
·
Hornos de elevada
temperatura, en los que una intervención supone enfriar y volver a calentar el
horno, con el consiguiente gasto energético y con las pérdidas de producción
que trae asociado.
·
Equipos rotativos que
trabajan de forma continua.
·
Depósitos reactores o
tanques de reacción no duplicados, que sean la base de la producción y que
deban mantenerse en funcionamiento el máximo número de horas posible.
4. OTRAS CONSIDERACIONES
En el
diseño del Plan de Mantenimiento, deben tenerse en cuenta dos consideraciones
muy importantes que afectan a algunos equipos en particular. En primer lugar,
algunos equipos están sometidos a normativas legales que regulan su
mantenimiento, obligando a que se realicen en ellos determinadas actividades
con una periodicidad establecida.
En
segundo lugar, algunas de las actividades de mantenimiento no podemos
realizarlas con el equipo habitual de mantenimiento (sea propio o contratado)
pues se requiere de conocimientos y/o medios específicos que solo están en
manos del fabricante, distribuidor o de un especialista en el equipo.
Estos
dos aspectos deben ser valorados cuando tratamos de determinar el modelo de
mantenimiento que debemos aplicar a un equipo.
a. Mantenimiento Legal
Algunos
equipos están sometidos a normativas o a regulaciones por parte de la
Administración. Sobre todo, son equipos que entrañan riesgos para las personas
o para el entorno. La Administración exige la realización de una serie de
tareas, pruebas e inspecciones, e incluso algunas de ellas deben ser realizadas
por empresas debidamente autorizadas para llevarlas a cabo. Estas tareas deben
necesariamente incorporarse al Plan de Mantenimiento del equipo, sea cual sea
el modelo que se decida aplicarle.
Algunos
de los equipos sometidos a este tipo de mantenimiento son los siguientes:
·
Equipos y aparatos a
presión
·
Instalaciones de Alta y
Media Tensión
·
Torres de Refrigeración
·
Determinados medios de
elevación, de cargas o de personas
·
Vehículos
·
Instalaciones
contraincendios
·
Tanques de
almacenamiento de determinados productos químicos
b. Mantenimiento subcontratado a un especialista
Cuando
hablamos de un especialista, nos referimos a un individuo o empresa
especializada en un equipo concreto. El especialista puede ser el fabricante
del equipo, el servicio técnico del importador, o una empresa que se ha
especializado en un tipo concreto de intervenciones. Como hemos dicho, debemos
recurrir al especialista cuando:
·
No tenemos conocimientos
suficientes
·
No tenemos los medios
necesarios
Si se
dan estas circunstancias, algunas o todas las tareas de mantenimiento deberemos
subcontratarlas a empresas especializadas.
El
mantenimiento subcontratado a un especialista es en general la alternativa más
cara, pues la empresa que lo ofrece es consciente de que no compite. Los
precios no son precios de mercado, sino precios de monopolio. Debe tratar de evitarse
en la medida de lo posible, por el encarecimiento y por la dependencia externa
que supone. La forma más razonable de evitarlo consiste en desarrollar un Plan
de Formación que incluya entrenamiento específico en aquellos equipos de los
que no se poseen conocimientos suficientes, adquiriendo además los medios
técnicos necesarios.
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